jueves, junio 09, 2011

En días como éste



En días como éste, cuando la depresión se asoma en forma de brisa helada
quisiera salir corriendo, o volando si fuera posible, hacia algún lugar remoto,
un bosque, húmedo, oscuro y frío o una playa alejada de todo.

En días como éste, me cuestiono lo que soy y lo que siento
lo que he vivido y lo que quiero vivir.
Me pregunto si me siento felíz con lo que he logrado, con lo que tengo y me envuelve una niebla que nubla mi razón, que oscurece mi corazón y me llena de tristeza.

En días como éste, en los que no sé bien quién soy, quisiera resetear mi cabeza, para que los pensamientos oscuros se alejen de mi mente y empezar de nuevo el día.

En días como éste es cuando vuelvo a escribir, como antes, con la intención de liberar todos los monstruos que habitan dentro de mí, alejar los fantasmas y disipar la niebla espesa de mi corazón.

En días como éste, se me antoja correr y gritar bajo la lluvia, lejos del caos de la ciudad del ruido de la gente y la vida atareada y apresurada que se vive aquí. Donde no importe el currículum ni la presentación, lejos de la monotonía, del día a día, y poder cerrar los ojos y escuchar sólo el silencio.

En días como éste, me cuestiono la importancia de las cosas vanas que hacemos sólo para sobrevivir, para pasar el día, la semana, el mes...
Me pregunto qué tanto vale la pena llenarse de actividades sólo por dinero,
dinero para vivir, para pagar, para llenar nuestros huecos, nuestras carencias
y nuestra soledad.

En días como éste, se me antoja volver al cubil en el que, absorta, sólo importan las estrellas,
los planetas, las galaxias y el medio interestelar.

En días como éste, quisiera se otra, distinta, lejana, fuera de la realidad.