Cada tanto vuelven algunos fantasmas del pasado, de aquéllos que uno cree más que superados. Los recuerdos son casi siempre dolorosos, causan nostalgia y te hacen plantearte muchas preguntas: cómo hubiera sido, por qué fue de tal o cual forma, me habré equivocado, algo habría cambiado de actuar de otra manera. Al final la respuesta no importa, jamás lo sabremos, sólo podemos pensar en si lo que hoy tenemos y la forma en que vivimos nos hace felíz, y si no es así, pensar en el pasado no cambiará las cosas, sólo se puede escribir al respecto, recordar un rato, escuchar música, tal vez llorar y después volver a olvidar.
Hoy soy felíz, me hace falta mi tita, pero soy felíz.